Muchas de las descritas se siguen amenizando con una variada música tradicional. La dulzaina y el tamboril son los instrumentos más típicos de la zona, contando Saldaña con algunos de los dulzaineros y tamborileros más afamados de toda la Comunidad (Julián Torres Fernández, Julián Torres González, Darío Torres Grajal, Miguel Pérez Alonso).
Las canciones recopiladas en la comarca son muy abundantes. Las hay de ronda, de boda, villancicos, romances, picarescas, etc., pero la más extendida es la jota castellana. Quizás el aspecto más llamativo de este folklore sean los bailes ejecutados por los danzantes. Era costumbre que estos actuaran en las fiestas principales y en ciertos acontecimientos importantes, pero hoy en día sólo danzan con motivo de las fiestas patronales en honor de la Virgen del Valle, cuando ataviados con llamativos trajes bailan al son de la dulzaina y tamboril formando “calle” y tocando castañuelas o ejecutando los complicados “lazos” del paloteo.
La afición por la música se plasma también en la existencia de una Banda Municipal que desde 1901 ha amenizado las fiestas y verbenas de muchos pueblos. Entre sus componentes se puede mencionar a Andrés Moro Gallego (que fue director de la Banda Municipal de Palencia y autor de varias composiciones muy populares en la provincia), Julián Torres Fernández (director de la Banda de Saldaña y reconocido dulzainero), Darío Torres Grajal (a cuyo cargo han estado la Banda Municipal de Palencia y la escuela de dulzaina y tamboril de la capital).
En el programa de muchas de estas celebraciones no faltaban los juegos tradicionales como los bolos (al “estilo del país”, con bola entera), la pelota, la barra, la tanga y, entre los infantiles, las carreras de sacos, las cucañas, etc. De todos ellos hoy únicamente se han mantenido los bolos, con los que suelen entretenerse los saldañeses las tardes del verano y que siempre figuran en las fiestas patronales.
Cabe destacar que hasta mediados del siglo XX eran corrientes los concursos de lucha o “aluche”. En la provincia de Palencia únicamente es esta villa y en los pueblos al sur de la misma se realizaba este tipo de competiciones, dada su cercanía a la provincia a la provincia de León, donde aún la organización de estos “corros” es una costumbre muy generalizada (lucha leonesa). Las competiciones congregaban a una gran cantidad de público, como bien se refleja en los escritos del farmacéutico local Aquilino Macho: “… en lo que llaman aluche; bárbaro entretenimiento que aún cuando denota virilidad en la raza, denota a la legua falta de instrucción y cultura en el pueblo, y poquísimo celo en las autoridades que lo consiente y fomenta”.
Por último hay que mencionar que en todo gran festejo era frecuente “correr el toro”. Incluso el espectáculo taurino que se celebró en la villa con motivo de los esponsales de Alfonso VII Y Doña Berenguela (1128) es considerado como la primera corrida de toros celebrada en España de la que se tiene noticia.